viernes, 14 de agosto de 2009

El misterio del Yunque y la ceguera del PAN. Parte II

Luis Limón
viernes, 14 de agosto de 2009

Hablando de algunos tipos de ceguera
Antes de analizar lo particular debemos hacer precisiones, porque sería injusto acusar sin fundamento a Felipe de "ceguera culpable" o peor aún de "ceguera perversa y mal intencionada", cuando una y otra vez el Presidente de la República ha demostrado su amor a México y a su partido; su valor a toda prueba y su inquebrantable voluntad de apoyarse en nuestro glorioso Ejército Mexicano en su lucha contra el crimen organizado

Mi intención es muy clara y abiertamente la he sostenido siempre: Evitar que el PAN se siga autodestruyendo; tratar de aportar un poco de luz en los militantes de ese partido para que no se dejen manipular por los enemigos de su partido, que están felices de que antes, durante y después de Germán, el deporte favorito de los panistas sea el haraquiri.¿Cómo es posible que no lo vean? ¿Acaso están ciegos? ¿Será posible que no quieran ver? La ceguera, que sin duda padece Felipe, puede provenir del estrés, de la angustia, de sentirse solo en la colosal lucha contra narcos y secuestradores… Pero también de negarse a escuchar a sus electores (los que sin ser panistas votamos por ellos).
Entiendo y acepto; felicito al PAN porque las decisiones las deja sólo en sus militantes… y las de cierto nivel, en sus consejeros. Gracias a ello han evitado, si no todas, sí muchas penetraciones y acciones de mala fe.
Pero es muy distinto y contrario al sentido común dejar todo al autoanálisis, sin permitir que nadie "de fuera" opine. Si son como el médico que se "auto receta" o el psiquiatra que "se practica "auto terapia" irán al despeñadero.
Felipe, César, Germán, Manuel, Francisco… ¡panistas todos! Es increíble que no vean la mano que lleva años "meciendo la cuna" de su partido para enfrentar a unos contra otros. Que no sean un partido de "mochos" no les debe llevar a negar el valor del Evangelio hecho ad hoc para su partido: "Todo Reino dividido contra sí mismo irá a la ruina y no quedará de él piedra sobre piedra".
Quizá todos estén cegados por el "Misterio"
Con el Concilio Vaticano II "se abrieron las ventanas" como mandara SS Juan XXIII y se cayeron mitos, "pegotes" lastes y atrasadas pedagogías; pero también se tiraron grandes pilares que no fueron reemplazados, y cuyos huecos llenaron mitos, falacias y veneno puro.
Una de las riquezas que nos trajo la "vuelta a las fuentes" fue entender el símil de "misterio" que muchos utilizaban: "Llegaban tantos a los lugares de oración con sus antorchas encendidas… que nos envolvía el misterio al generarse una luz tan intensa, cuyo brillo nos cegaba y nos impedía ver".
El misterio era tan claro, tan brillante, que no podía verse directamente… como nadie puede ver fijamente al Sol sin dañarse (o necesitar de lentes). En estas líneas, ocupo esta acepción de misterio para analizar el fenómeno del Yunque; y entonces preguntarme: ¿No será que Felipe y los panistas estén tan cerca de la luz, que no puedan ver nada? ¿No será que todo es tan evidente… que no aciertan a creerlo?
Los nuevos "dogmas"
Al igual que el sencillo campesino defiende su fe diciendo sabiamente: "El que niega a Dios, ante cualquier nopal se inclina", hoy en día es común que universitarios, profesionistas e "intelectuales" rechacen la "imposición" de todo dogma religioso; pero se dobleguen ante las más aventuradas teorías y las más estúpidas afirmaciones.
Así, de entrada, se rechaza la antigua expresión con que se definía el "dogma" ("Una verdad que debo creer aunque no pueda comprender") por el "dogma" del relativismo, la publicidad y los medios. Por ello hoy ningún joven cree sin más en la Santísima Trinidad… pero sí en aquello que encontró en internet, leyó en la prensa o escuchó del comentarista de moda.
Me impresiona la seguridad y hasta la pasión con que cualquier universitario defiende su argumento con sólo citar una "fuente" sin reparar en que al exigir pruebas, el "comunicador" pueda decir: "Tengo derecho a proteger la confidencialidad de mis fuentes", con lo que pueden mentir y calumniar a placer.
Los "Conspiranoicos" y la pasión por lo esotérico, lo mágico
Uno de mis maestros en política es el autor del término "conspiranoico" y también de la expresión: "El mexicano no lee ni en defensa propia", pero siempre ha sido un gran consumidor de basura: comida chatarra y lectura, radio y tele basura.
Hace 40 y más años, cuando los diarios se esforzaban en "dar la noticia" veraz, confirmada y completa; cuando era común la expresión "paren las prensas", porque había llegado una nota que era mucho más importante para las "Ocho Columnas" la mayoría de los mexicanos sólo leían los encabezados (igual que hacen hoy), pero abrevaban de un periodiquillo de nota roja llamado Alarma, que era el principal alimento intelectual de nuestro pueblo.
Hoy eso no hace falta, porque las primeras planas se construyen y las noticias se acomodan a los intereses de los grupos dueños del diario, la estación o la cadena televisiva. Además, Alarma lejos de morir se volvió parte central y columna vertebral de la mayoría de los medios electrónicos y escritos.
Pero los niños y los jóvenes empezaron a leer, y no se debe ciertamente a la escuela, sino a diversos factores que van, desde el maravilloso ingenio publicitario de Librerías Gandhi hasta la irresistible atracción hacia lo mágico y esotérico, en cuya cúspide está el fenómeno de Harry Potter.
La manipulación mediática sobre jóvenes y adultos, sumada a su vacío existencial por vivir ayunos de las verdades de la fe que antes les ofrecía el Catecismo, les lleva a consumir con avidez cuanta patraña aparece, como El Código Da Vinci y su pobre "segunda parte", como Ángeles y demonios.
Nadie puede negar que nuestros jóvenes sean manipulados a placer sobre lo que deben escuchar, vestir, portar, comer, pensar… Sus temas de conversación son fijados como dogmas por las "series" y las "telenovelas". Ningún niño quiere llegar a clases sin poder hablar del último capítulo de su teleserie "infantil".
Y esta generación de niños hoy son adultos y gobiernan nuestro país. ¿Quién de ellos no creció con Lucerito o no vivió su universidad junto a Homero Simpson? Los niños y los adultos jóvenes no creen en la Eucaristía… pero sí en Gokú, Voldemort, Hogwarts y Jack Bauer.
Los jóvenes y adultos jóvenes de hoy… los panistas que nos gobiernan no creen en el Evangelio, pero sí en Reforma, Proceso… o hasta en Alvarito Delgado. Así, la familia reunida en torno a las televisiones aprende a creer en misteriosas conspiraciones; los niños con Harry Potter, los papás con la serie 24.
A ello sumamos el atávico complejo mexicano de querer creer que estamos mal "porque los yanquis conspiran contra nosotros". Y rematamos con la serie trágico-cómica protagonizada por "El Señor López" por los meses que bloqueó Reforma y mandó al diablo a las instituciones… convenciendo a millones de mexicanos de su ridícula "teoría del compló". Podemos coronar todo con el impresionante poder de la manipulación, credulidad que aún ejerce sobre millares de "Juanitos" en decenas de Ixtapalapas…
Si todo eso se da y si todo se analiza, fácilmente podemos entender por qué gente tan preparada, lógica e inteligente como Calderón, Gómez Mont o un centenar de Consejeros panistas, se creen las patrañas de un personaje tan gris como Alvarito Delgado.
Álvaro Delgado: De tinterillo a "investigador" e "intelectual"
Otro de mis maestros en política nos hablaba siempre del "Club de las Mutuas Alabanzas".
Continuará…

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